Existen algunos destinos turísticos en los que la observación de focas crece en popularidad. Islandia, Escocia o Namibia han visto como el número de visitantes en busca de este tipo de experiencias ha crecido exponencialmente.
A pesar de encontrarnos ante una actividad carente de un código de conducta internacional (Öqvist, 2017), la preocupación por los efectos de esta actividad en la conservación marina es creciente. En el caso de contratar un avistamiento de focas en el mar, tendremos que aplicar códigos de conducta recomendados para la observación de fauna salvaje marina.
Escocia acoge el mayor número de focas comunes de Europa, pero su población, tal y como señalan desde el Seal Mammaml Research Unit ha disminuido en los últimos años. Existen varias razones que explican este descenso - excesiva polución, ingesta de químicos, redes de pesca o la contaminación acústica-, y el estrés provocado por la presencia humana es una de ellas: la molestia humana puede llevar a las madres a abandonar sus crías (Hoover-Miller, 1994) o a la búsqueda de nuevas zonas de para dar a luz. En el Reino Unido, para reducir estos efectos negativos derivados del avistamiento da fauna marina, han desarrollado el sello TheWiseScheme a los operadores turísticos que ofrecen estas actividades de una forma segura para la fauna salvaje.
Las focas que se encuentran sobre la tierra, rocas o sobre el hielo pueden ser muy sensibles la presencia de personas o barcos. Es importante identificar las señales que nos indican que nuestra presencia interfiere y amenaza el bienestar de estos animales.
Los comportamientos indicadores de molestia son los siguientes:
Por ello, el avistamiento de focas debe responder a las siguientes pautas propuestas por la IAATO (International Association of Antartica Tour Operators) en su Código de Conducta para el avistamiento de focas en tierra:
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