Ayer, lunes 30 de mayo 2016, las autoridades tailandesas han empezado a sacar del Tiger Temple parte de los más de 100 tigres que se encontraban en el centro.
Se trata de un día histórico para los animales, que llega tras años de denuncias – tanto por el maltrato que padecían los felinos en el supuesto templo budista, como por las posibles conexiones del mismo con el mercado negro y la venta de partes de estos animales.
Según indica Adisorn Nuchdamrong, subdirector general del Departamento de Parques Nacionales de Tailandia, las autoridades pudieron confiscar los tigres gracias a una orden judicial obtenida pocas horas antes de la operación y que se solicitó tras intentar en varias ocasiones cooperar con el templo.
En este sentido, la presión internacional ha resultado fundamental.
Siempre según indican las autoridades, se confiscarán más animales a lo largo de esta y de las siguientes semanas, hasta poder llevar todos los 147 tigres del centro a santuarios de propiedad del Gobierno.
Varios testigos indican que los monjes intentaron prohibir la entrada a las autoridades y hasta desencadenaron a unos tigres en un último intento de evitar su confiscación. Más de 300 agentes han pasado la noche en el templo para velar por los animales.
Desde FAADA nos alegramos enormemente de esta noticia que supone el principio del final de una de las más crueles y lucrativas atracciones turísticas del mundo y que llevamos denunciando desde hace año.
Es posible encontrar más información sobre el Templo del Tigre aquí: http://turismo-responsable.com/s36
Fuente: The Atlantic
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