Ayer, lunes 30 de mayo 2016, las autoridades tailandesas han empezado a sacar del Tiger Temple parte de los más de 100 tigres que se encontraban en el centro.
Se trata de un día histórico para los animales, que llega tras años de denuncias – tanto por el maltrato que padecían los felinos en el supuesto templo budista, como por las posibles conexiones del mismo con el mercado negro y la venta de partes de estos animales.
Según indica Adisorn Nuchdamrong, subdirector general del Departamento de Parques Nacionales de Tailandia, las autoridades pudieron confiscar los tigres gracias a una orden judicial obtenida pocas horas antes de la operación y que se solicitó tras intentar en varias ocasiones cooperar con el templo.