Animales de varias especies son utilizados para espectáculos de vario tipo en exhibiciones públicas, parques de atracciones, ferias, zoológicos y delfinarios todo el mundo.
En la mayoría de los casos, los animales son forzados a realizar trucos y comportamientos completamente impropios de su especie, y para conseguir que un animal salvaje actúe, hay que emplear la violencia o la manipulación con alimento.
Así mismo, al tratarse de animales cuya naturaleza les convierte en impredecibles, para evitar ataques a las personas resulta necesario extirparles las garras, precintarles la boca, cortarles las alas o sedarlos.
En el caso de las especies utilizadas para carreras, los animales son llevados a su límite físico, sometidos a duros entrenamientos incluso cuando sus cuerpos no están todavía plenamente desarrollados, medicados con hormonas y drogas de vario tipo y finalmente, sacrificados mucho antes de su esperanza de vida.
Las exhibiciones con animales no tienen ninguna justificación bajo un punto de vista educativo o de conservación, y desensibilizan a la sociedad ante los actos de crueldad a los que están sometidos otros seres vivos.
Como turistas, no deberíamos perpetuar este negocio asistiendo y financiando espectáculos con animales.
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