Malas noticias. El pasado 8 de noviembre, un leopardo persa fue abatido en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, en Cantabria, después de escaparse del recinto donde estaba en periodo de adaptación. Aparentemente el animal, uno de los dos hermanos provenientes del Zoo Aquarium de Madrid, se había peleado con el otro leopardo y logró saltar la valla de su espacio. Aunque los trabajadores lograron localizarlo mediante un collar GPS, decidieron abatirlo al considerar que era una amenaza para la seguridad de las personas y que el uso de un dardo anestésico no sería suficiente para neutralizarlo.Este incidente nos recuerda que, pese a sus amplias instalaciones, Cabárceno sigue siendo un zoológico que, como todos los centros de este tipo, intercambia animales y prioriza la exhibición de especies sobre su bienestar. De hecho, este no es el primer caso de accidente en el parque. Solo para poner algunos ejemplos, en noviembre de 2014, varios lobos adultos fueron abatidos a tiros, y en 2018 tres jirafas murieron calcinadas debido al mal estado de las instalaciones.
Después de siete años de espera, finalmente se habían obtenido los permisos necesarios para el traslado de las elefantas Kuky y Puppy, del Ecoparque de Buenos Aires, y de Kenya, del Ecoparque de Mendoza, al Santuario de Elefantes en Mato Grosso, Brasil, donde podrían pasar sus últimos años en semi- libertad. Sin embargo, en una fatídica coincidencia, el pasado 22 de octubre, Kuky —la elefanta africana que llegó a Argentina en 1993, tras se arrancada de su tierra después de que fusilaran a su madre en una matanza selectiva en Sudáfrica— falleció antes de que se pudiera llevar a cabo su traslado.
Se ha hecho pública la noticia de que, el pasado mes de enero, Nephele, la delfín más vieja del zoológico de Kolmården en Suecia, murió tras asfixiarse con algas artificiales que se quedaron atrapadas en su garganta.
Buenas noticias. Según las nuevas regulaciones del Ministerio de Agricultura de Taiwán (MOA), en la República de China ya no se podrán realizar espectáculos e interacciones con animales salvajes en cautividad.
¡Atención! Tal y como informa The Olive Press, un turista británico ha sido atacado por uno de los propietario de los “burros- taxi” de Mijas después de intentar documentar las condiciones en las que se encontraban los animales.