El pasado 18 de abril, en Carolina del Norte (Estados Unidos) un grupo de personas fueron filmadas arrancando dos cachorros de oso negro de un árbol. ¿La razón? Los turistas querían tomarse un selfie con los dos animalitos. En las imágenes, tomadas en Asheville, se ven a cuatro personas tratando de arrancar de las ramas a las dos crías. Ambos oponen resistencia, pero al final uno de ellos es agarrado y sostenido en brazos por una joven que empezó a sacarse fotos. Poco después, afortunadamente, el animal logró liberarse y escapar.
Rachel Staudt, la mujer que grabó la escena, indicó a las autoridades: «Intenté decirles que pararan, pero no querían escucharme. Así que pensé en grabarlo todo porque así podría hacer justicia para esas pobres crías». Lo ocurrido, de hecho, fue denunciado a las autoridades y la N.C. Wildlife Resources Commission informó que solo uno de los dos cachorros ha sido localizado. El animal estaba sentado en un estanque cercano: mojado, frío y solo. Estaba traumatizado y tenía heridas en las patas delanteras.