El turismo cruel con los perezosos

Existe una tendencia en las redes sociales de hacerse ‘selfies’ con animales salvajes, siendo los perezosos entre los animales más utilizados para este fin.

Los perezosos, al igual que los delfines, por sus características faciales parece que estén sonriendo pero es sólo la forma de su mandíbula. Pero por ello, su pequeño tamaño y sus movimientos lentos son el objetivo de turistas que quieren sujetarlos, y piensan que por el simple hecho de no atacar para defenderse, el perezoso no sufre miedo, estrés o incomodidad.

No obstante, estos animales muestran un comportamiento mucho más vigilante que en estado salvaje, que es un indicador relacionado con el estrés y la ansiedad. De hecho, la forma en la que se les sujeta, y el ser constantemente sostenido por personas diferentes que se los van pasando, les crean problemas no sólo físicos sino psicológicos a largo plazo. En ocasiones se les agarra de los brazos o garras sin otro punto de apoyo, y se les manipula la cabeza y el resto del cuerpo para que quede bien en la foto.

La UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) señala la captura de ejemplares de perezosos de la naturaleza para entretener a los turistas o ser vendidos como mascotas como una de las principales amenazas de las poblaciones de las distintas especies de perezosos. La organización World Animal Protection ha mostrado un vídeo en el que se ve a los cazadores furtivos talar un árbol en el que un perezoso se agarra al tronco para capturarlo. Tras caer al suelo al talar el árbol, es manipulado sin ningún tipo de cuidado incluso se les cae al suelo, para luego ser metido en una bolsa cerrada que será llevada a los mercados para ser vendido a visitantes o empresas turísticas. Muchos de los perezosos capturados son crías cuyas madres son asesinadas al intentar defenderlos.

Escandalosa es también la “última moda” para esos  turistas que quieren una experiencia más alejada de los centros urbanos: las rutas de avistamiento de perezosos por la jungla. Por muy bien que suene este tipo de oferta, la realidad es que los perezosos son atados a los árboles, donde permanecen hasta que llegan los turistas y el guía finge encontrarlos por casualidad. Los guías los desatan disimuladamente y se los entregan a los turistas para que se hagan fotos.

El impacto de estas prácticas sobre el bienestar de los perezosos es evidente ya que se reduce su esperanza de vida a 6 meses cuando en su hábitat natural vivirían hasta 15 años.

Más allá de la crueldad que suponen, estos actos son ilegales ya que las leyes brasileñas prohíben capturar animales de la naturaleza para usarlos como “mascota” o mantenerlos en cautividad sin los permisos necesarios, mientras que las leyes peruanas prohíben obtener dinero mediante estas prácticas. Sin embargo no existe persecución alguna por parte de las autoridades de este tipo de delitos.

Una buena práctica de Turismo Responsable es avisar a las personas que viajan o van a viajar a zonas en las que pueden encontrar este tipo de ofertas y alertarlas de las consecuencias para la vida de los perezosos y el fraude de los avistamientos.

25/06/2018