Hoy os tenemos que hablar de un caso muy claro de cómo el sector hotelero puede perjudicar a los animales.
Hace unos meses nos llegó la información que Barceló Hoteles tenía previsto montar un delfinario dentro de su Barceló Maya Beach Resort en la Riviera Maya.
En seguida decidimos dar a conocer al grupo las graves problemáticas relacionadas con el cautiverio de delfines y escribimos a al Director general Corporativo de la cadena, el Sr. Javier Abadía, al Director General de Hoteles México, el Sr. Miguel Ángel Guardado y al mismo resort.
En ese momento todavía teníamos la esperanza de que esta decisión se hubiese tomado por falta de información y sin reales intenciones de perjudicar a los animales. Y, sobretodo, pensando que un grupo como Barceló, que cuenta con una amplia política de Responsabilidad Social Corporativa, se replantearía su idea tras conocer lo que la misma supondría para esos delfines.
Pero tras haberles enviado todo tipo de información en tres diferentes ocasiones y no haber recibido ni una respuesta de cortesía, nos quedó bien claro que al grupo hotelero mallorquín le da absolutamente igual tanto el sufrimiento de los cetáceos como la falta de ética que pueda demostrar, ya que su única prioridad son los intereses económicos.
Y en un momento en el que, gracias a documentales como Blackfish y a diferentes campañas en todo el mundo, la sociedad es cada vez más conciente de lo que se esconde detrás de los espectáculos con cetáceos, Barceló Hoteles ha llevado a cabo su proyecto y, en colaboración con la empresa de explotación “Dolphinaris”, ha inaugurado dentro de su Resort de la Riviera Maya una diminuta piscina de delfines.
Aquí estos animales, que en el estado salvaje nadarían kilómetros y kilómetros cada día, son obligados a dar vueltas en círculo y a exhibirse en espectáculos anti naturales. Cada día. Si, habéis entendido bien, los cinco delfines del hotel no cuentan ni con un día de descanso, y además de los espectáculos son obligados a interactuar con los clientes del hotel que paguen por ello.
¿Qué hacen 5 delfines en un hotel? Evidentemente la respuesta no se puede encontrar en la conservación, sino en la voluntad del grupo de llamar la atención y generar más dinero.
Y esto lo saben perfectamente los responsables del Barceló Maya Beach Resort que mientras que la piscina estaba en construcción mentían a quién les hacía preguntas en las redes sociales diciendo que iba a ser una piscina de saltos. Y que cuando la semana pasada se vieron inundados por un sinfín de críticas en su página Facebook, ni siquiera intentaron buscar una justificación por su decisión y directamente borraron los comentarios y bloquearon a las personas que les habían pedido replantearse su decisión. Incluso a esos agentes de viajes que les indicaban que jamás volverían a reservar sus habitaciones.
Una gestión de crisis no precisamente ejemplar y seguramente impropia de una gran empresa, y que deja bien claro la falta de ética de la compañía.
Os invitamos a mirar este vídeo y la desolación del delfín que da vueltas y vueltas en esa diminuta piscina y, si tenéis un momento, a escribir a esos mismos señores que decidieron hacer oídos sordos al sufrimiento animal dándoles a conocer vuestro desacuerdo:
Director General Corporativo: j.abadia@barcelo.com
Director General Hoteles México: m.guardado@barcelo.com
Resort: maya.beach@barcelo.com
Para más información sobre el cautiverio de delfines: www.sosdelfines.org
[…] […]
Es una vergüenza que grandes coorporaciones como Barcelo tengan delfinarios….el problema final es que aun hay turistas desinformados de las torturas a los que son expuestos. Trabajo en Tierrasmayas.com en Riviera Maya y hacemos campañas de información a los que nos piden bañarse con los delfines aparentemente desisten en contratar este tour. Como organización ya no ofrecemos hoteles/complejos que tengan delfinarios.