La famosa «Pig Beach» de las islas Bahamas no es ningún paraíso para los cerdos

¿Quién no ha visto alguna vez fotos de turistas y cerdos bañándose en el cristalino mar de las Bahamas y pensado? ¡Así es cómo deberían vivir estos animales!

Pero no es oro todo lo que reluce. Es de hace unas pocas semanas la noticia que más de media docena de cerdos de Big Major Cay –la isla de Bahamas conocida a nivel internacional por ser el hogar de los “cerdos nadadores”– han sido encontrados muertos.

Los veterinarios locales están realizando pruebas para averiguar la causa del deceso de los animales pero Wayde Nixon, un hombre local que afirma haber traído los cerdos a la isla hace ya décadas, indica que los mismos turistas podrían haber provocado la muerte de estos animales alimentándoles de manera incorrecta. Cualquier persona que visite la isla tiene acceso y puede interactuar con los cerdos y ya en el pasado salieron a la luz casos de abusos y de maltrato.

Y los problemas no acaban aquí.

Los cerdos no son nativos de las islas caribeñas y su piel pálida y sensible puede quemarse fácilmente bajo el sol. Más de un turista de hecho ha informado de abrasiones y quemaduras en la piel de estos animales, forzados a vivir bajo el sol y sin la posibilidad de poder bañarse en el barro (su “protector solar” natural).

Al haber muy poca vegetación en la isla además, los cerdos tienen que depender de la comida que les ofrecen los turistas, que en muchas ocasiones les alimentan con chucherías e incluso alcohol. Estas interacciones además ponen en peligro también a las personas: en varias ocasiones los cerdos hambrientos han acabado mordiendo a los visitantes.

Y por último, el dato que nunca encontrarás en los anuncios y folletos de la isla: para controlar la población de animales, se dejan en vida a las crías y se sacrifican a los adultos…

Debido al éxito turístico de este lugar, se están creando nuevas “pig island” en las Bahamas, en definitiva un atractivo turístico más en el que se utilizan animales para ganar el dinero de los turistas.

Fuente: PETA

21/03/2017