Llegó el mes de Julio y miles de personas cuentan las horas para disfrutar de unas merecidas vacaciones después de un largo año de trabajo. Muchos serán los que aprovechen para coger un avión con destino a un lugar exótico lo más alejado posible de la civilización. Playas paradisíacas de arena dorada, mar azul turquesa y el móvil olvidado en algún cajón de la habitación. Asia, América, África… lo importante es desconectar del día a día. Pero… ¿y si alguno de esos destinos escondiera una cara oculta? Éste es el caso de Namibia. Cada 1 de Julio empieza en este país la matanza de focas más cruel del mundo. Más de 80.000 crías de foca de menos de doce meses de edad son apaleadas hasta la muerte para hacerse así con sus pieles durante los cinco meses que dura esta masacre. Y lo peor de todo es que se trata de una actividad legal.
El cutis de estos pequeños mamíferos junto con sus genitales se exporta principalmente a Asia, pero también a Occidente, donde se vende como productos de lujo, dietéticos y afrodisíacos. Las focas del Cabo, como se denominan, son de color marrón y habitan en las costas del sur de África. Son una especie que aún no está en peligro de extinción pero dependen de la conservación para evitar su desaparición.
El exterminio se ha hecho público gracias a un vídeo que salió a la luz hace pocos días. En él se aprecia claramente cómo un grupo de hombres armados con porras con clavos golpea a los animales en la cabeza hasta que quedan inconscientes o mueren. Las imágenes fueron grabadas en el año 2011 por el grupo de conservación de animales Earthrace Conservation y uno de sus informes revela que este sacrificio genera medio millón de dólares en beneficios.
Una vez acabada la matanza, se amontonan los cadáveres y preparan su transporte a las fábricas. Las excavadoras limpian rápidamente toda la sangre derramada por la playa para que los turistas la encuentren en perfectas condiciones y no haya sospechas de lo que ocurre allí tan sólo unos minutos antes. De hecho, esto sucede en una reserva natural donde los visitantes acuden precisamente a ver la colonia de focas que habita en el lugar.
El grupo ecologista explica que Namibia podría sacar mucho más partido fomentando un turismo ecológico de respeto hacia los animales y aportando con su dinero a la conservación de las focas. De esta manera, sobra decir que, por una parte, se pondría fin a esta masacre y, por la otra, se controlaría mejor la población evitando también que la industria pesquera se viera afectada, ya que la cantidad de peces se sostendría y no habría escasez de alimentos.
Además, generaría riqueza a la zona costera ya que atraerían inversiones procedentes de donaciones y ayuda internacional. Con esos fondos, como los que se reciben por tener una reserva natural, se podrían construir infraestructuras tales como carreteras, viviendas, escuelas… y se crearían puesto de empleo en turismo fijos durante todo el año, además de por supuesto, mantener la limpia la imagen del país.
Pero parece que nada de esto convence aún al gobierno de Namibia y es por ello que muchos ya piden un boicot del país como destino de vacaciones hasta que pongan fin a esta brutalidad….
….Los animales no merecen tanto sufrimiento por culpa del ser humano, y los que sufrimos con su dolor merecemos ya descansar. No puedo más de verdad. Son demasiados los casos de maltrato animal. Es horrible el ser humano. El ser más horrible de la creación salvo pocas excepciones…