El pasado 17 de enero se publicó en el periódico británico «The Sun” un articulo que nos dejó a todos con la piel de gallina. En la foto principal los miembros de una familia entera (padres y tres niños) posaban felices y sonrientes al lado del cadáver de una jirafa. Jirafa que acababan de matar después de haber pagado miles y miles de euros para participar a una batida de caza.Desafortunadamente no se trata de un caso aislado ya que este tipo de actividad es legal en diferentes lugares del continente Africano y hay muchos turistas dispuestos a pagar hasta 12.000 € para cazar el animal y luego llevarse a casa su piel o su cabeza como enfermizo souvenir de las vacaciones.
Según las estadísticas, la mayoría de los turistas que se apuntan a este tipo de actividad proceden de los EEUU, Alemania, Rusia y Escandinavia.
En el continente africano el número de jirafas ha decrecido dramáticamente desde 1988, pasando de 140.000 ejemplares a tan solo 80.000. Es más, estos animales se consideran extintos en países cómo Angola, Mali y Nigeria.
A pesar de todo esto, en Sudáfrica, Namibia y Zimbabwe es todavía legal cazarlos y organizar actividades turísticas como las que acabamos de describir.
Para empeorar las cosas, los cazadores defienden estas prácticas y el comportamiento de los turistas afirmando que se trata de actividades estrictamente reguladas y que gracias al dinero que genera la caza se han podido pagar importantes proyectos de conservación y salvar a muchos animales.
A parte de preguntarnos si realmente es ético y necesario matar a unos animales para (supuestamente) salvar a otros y sin hablar de los grandes intereses económicos de pocos individuos que nada tienen que ver con proyectos de conservación…por encima de todo nos preguntamos que clase de mensaje está transmitiendo un padre a su hijo a la hora de enseñarle a matar por diversión y obligándole a sonreír feliz al lado del cadáver de otro ser vivo.
Si quieres leer el artículo completo del “The Sun”: http://www.thesun.co.uk/sol/homepage/news/4065464/Giraffes-gunned-down-for-family-holiday-fun.html
Incomprensible los hechos y repugnantes las fotos. Horrorizada y con las tripas revueltas estoy.
Los animales se están muriendo, están desapareciendo no por una pandemia, no. Los animales los estamos exterminando nosotros los humanos, los más inteligentes, los más racionales, los más sabios del universo. ¿Para qué tanto intelecto, tanta sabiduría, tanto conocimiento si nosotros mismos estamos arrasando y destruyéndolo todo? ¿De qué nos sirven las facultades que poseemos si las utilizamos en hechos tan lamentables como este?
Yo quisiera que esta familia me explicase lo que sintieron al matar a esa jirafa, lo que les llevó a hacerlo y que tipo de sensación experimentaron al verla muerta. A veces, en mi desesperación me pregunto que quizás haya un motivo, una razón muy poderosa la cual desconozco y justifique esas matanzas. Hasta ahí llega mi mente cuándo veo y pienso una y mil veces las atrocidades CONSENTIDAS que se están cometiendo con millones de animales. No, yo no entiendo, no puedo, no tengo capacidad para entender algo semejante.