Quizá en los últimos meses hayas escuchado hablar de las redadas del gobierno de Tailandia en reconocidos santuarios de animales salvajes y de las duras polémicas que se está generando acerca del contrabando y la explotación de elefantes para el sector turístico… hoy te queremos explicar un poquito lo qué está pasando en el país y lo que está detrás de todo esto.
En primer lugar hay que decir que a día de hoy la posición del Responsable de Parques Nacionales del país resulta seriamente comprometida después de que saliera a la luz que los asesinatos de varios elefantes de edad adulta en Kaeng Krachan habían sido orquestados para poder proporcionar bebés de elefante a parques de atracciones turísticos…y esto gracias a la ayuda de varios altos funcionarios del mismo parque y del gobierno.
A esto se suma el descubrimiento de un verdadero sindicato criminal que se encargaba de la venta de crías de elefantes de los parques de Birmania y nacionales a las instalaciones turísticas por grandes sumas de dinero – hasta 900.000 baht (aprox. 23,000 €) por cada ejemplar.
Se sospecha además, que hasta la mitad de los elefantes jóvenes de Tailandia podrían ser el fruto del contrabando de «falsas» madres de alquiler que ya cuentan con documentos de identidad…algo posible ya que no se requiere que los bebés sean registrados hasta que tengan ocho años.
Por no hablar de la preocupación generada por la posible manipulación de chips y documentos de identidad. Muchos piensan que las pruebas de ADN, que siguen siendo muy caras, y la posible introducción de “pasaportes” para todos los elefantes, serían la única manera de frenar el comercio de estos animales y garantizar la real identificación de los más de 3000 paquidermos que viven in Tailandia.
La respuesta del gobierno a todas estas acusaciones fue “devolver el golpe” a los dos principales acusadores llevando a cabo redadas en sus centros de rescate. ¿Y esto porqué? Porque algunos parques de elefantes están dirigidos por empresarios con dinero e influencia. Que tienen mucho que perder y que el gobierno “tiene que” salvaguardar. Los ministros de turismo además temen que los turistas puedan dejar de visitar esos parques de elefantes con bebés «cautivos» y convertidos en animales dóciles y obedientes gracias a la técnica del pajaan…y las graves perdidas económicas que esto conllevaría.
El hombre que primero dio la alarma acerca de lo que estaba pasando fue el holandés Edwin Wiek, que como consecuencia fue sancionado con una serie de redadas en su centro de rescate de Phetchaburi. Decenas de funcionarios nacionales encargados de parques y policías armados se quedaron en sus instalaciones durante más de una semana, alegando que Wiek no tenía papeles para más de 100 de los 450 animales de su centro.
Los videos de animales llevados forzosamente desde Wat Khao Chang Luk – indignaron a muchísimas personas. Wiek ya ha presentado recursos judiciales para luchar contra las reclamaciones según las cuales mantendría a animales indocumentados en su centro, y temporalmente ha dimitido como jefe de la Wildlife Friends Foundation in Thailand (WFFT).
Wiek es prácticamente local de Tailandia. Ha vivido aquí durante 20 años y habla tailandés. Dirige uno de los mejores centros de fauna silvestre en el sudeste de Asia, pero el hecho de no callarse las cosas le ha creado varios enemigos.
Wiek ha luchado contra intimidaciones de este tipo ya en el pasado, en una larga batalla contra una gran instalación turística en Bangkok, donde se encontraron docenas de orangutanes de contrabando y de los cuales más de 50 finalmente se pudieron volver a trasladar a Borneo.
Las protestas en el país crecen y en Londres hace unas semanas se organizó una manifestación en frente de la embajada de Tailandia que culminó con la recogida de decenas de miles de firmas en contra de lo que está pasando.
Mientras tanto, los videos de las redadas están en todas partes y el gobierno de Tailandia debe ahora decidir como gestionar lo que (afortunadamente) se está convirtiendo en una verdadera pesadilla a nivel de relaciones públicas.
Pero por el momento parece que poco se ha hecho para solucionar el problema a la base de todo esto: el castigo del responsable de parques nacionales acusado de la posible matanza de elefantes bajo su supervisión.
Además es hora de que el gobierno y todas las instalaciones turísticas donde viven elefantes empiecen a poner las cosas en orden y a poner en marcha de una vez por todas un sistema de identificación por ADN que aclare las muchas dudas que existen acerca del tráfico de estos animales. Y sobretodo, que se acabe lo antes posible con el comercio de elefantes para los falsos orfanatos y centros de rescates..porque está claro que nunca dejarán de haber huérfanos si es el mismo gobierno que de manera más o menos directa se hace responsable de la matanza de sus madres!
Fuente: