Javier ha compartido con nosotros su «susto» en Indonesia con una aparentemente inofensiva marioneta. Si tienes historias para ayudar a un turismo responsable con los animales, hazlo en turismo@faada.org, nos encantará compartirlas! Tenemos que ir con cuidado a la hora de adquirir recuerdos, preguntar acerca de los materiales y …ante la duda, no comprar ciertos productos.
Este verano he estado en Indonesia y quería compartir con vosotros lo a punto que estuve de promover algo de lo que estoy totalmente en contra.
En la zona del norte de Java, hay la ciudad de Yogyakarta famosa por ser un epicentro cultural de la isla. Entre otras demostraciones culturales tienen las famosas representaciones de títeres. Y, por ende, se venden títeres de todo tipo como souvenirs.
A punto estaba de comprar unos de estos títeres como recuerdo –ya lo tenía en las manos y esperaba mi cambio- cuando se me ocurrió preguntar de qué material era la estructura que sostenía la figura por detrás…. Cuando me dijeron orgullosamente: “turtle”, el producto saltó de mis manos y de mi boca un “no thank you”.
Parte del viaje a este maravilloso –aunque muy sucio- país, lo pasé en y bajo el agua disfrutando de los riquísimos fondos marinos de este lugar. Miles de peces tropicales, corales y esponjas de todo tipo, tiburones, delfines y tortugas. Cuando vi la primera tortuga -de hecho me pasó con todas- se me paró el corazón. Qué emoción estar tan cerca de un animal tan precioso, fascinante y tranquilo!
Luego me he enterado de que la venta de productos realizados con concha de tortuga está prohibido bajo el convenio CITES desde 1973. Y que las tortugas carey, de las que sospecho estaban hechos esos títeres ya que son las que vi en las aguas de Indonesia, están en grave peligro de extinción. Si lo hubiera sabido antes, hubiera avisado a la policía en aquel mismo momento. Lo que haré ahora es escribir a alguna entidad de protección de los animales del país e informarles del lugar donde estaban los títeres a la venta, aunque sospecho que habrán muchos más…
¿Y si no llego a preguntar de qué material estaba hecho el títere? Hubiera contribuido a la cruel matanza de tortugas y a la extinción de especies! Y, según cómo, podría haber terminado en una prisión Indonesia por contrabando!