El pasado 1 de febrero 2016, Gareth Crowe, que se encontraba de vacaciones en Tailandia con su familia, estaba realizando un trekking a lomos de un elefante en la isla de Koh Samui, cuando el animal que estaba montando se rebeló a su cuidador y sucesivamente le tiró al suelo.
La hija adolescente de la pareja de Crowe, también resultó herida tras caer junto a su padrastro.
Los testigos del accidente indican que el animal – conocido como Golf – se puso nervioso cuando su mahout empezó a sacarle unas fotos con los dos turistas encima, y a partir de ese momento se negó a obedecer a sus órdenes. El hombre empezó entonces a golpearle, hasta que el animal lo empujó con su trompa y luego se levantó repentinamente tirando al suelo a los dos turistas.
La caída, según indican las personas que presenciaron el accidente, fue fatal para el hombre de 36 años. La niña de 16 en cambio, fue trasladada en un primer momento al Samui International Hospital y después al Bangkok International Hospital donde actualmente se está recuperando.
El gobernador de la provincia tailandesa, Wongsiri Phromchana, ha informado que se está poniendo en marcha una investigación sobre lo ocurrido.
Desde FAADA recordamos que este accidente no es un caso aislado y que las interacciones con estos animales representan un peligro para animales y personas.
Los elefantes empleados en la industria turística son entrenados mediante un cruel proceso de entrenamiento denominado “Pajaan” (literalmente: “romperles el alma”) – vídeo aquí – y son controlados mediante el uso de bullhook y ganchos metálicos que se utilizan para golpear a estos inteligentes animales en las partes más sensibles de sus cuerpos (ojos y orejas).
Estos elefantes además, animales altamente gregarios y acostumbrados a vivir en constante movimiento, pasan la mayoría de su tiempo encadenados en los campamentos turísticos y son separados de sus madres y grupos cuando todavía son unas crías para ser entrenados mediante el Pajaan.
A pesar de ser animales de gran tamaño además, tienen unos pies muy delicados y una columna que no está “diseñada” para aguantar más de 150 kilos de peso: los paseos con sillas y turistas encima de sus lomos y el hecho de tener que pasar largas horas de pie o caminando sobre superficies duras, resultan tan perjudiciales que suelen llevar al desarrollo de graves malformaciones e incluso a la muerte de varios ejemplares.
El uso de estos animales en la industria turística asiática está además fomentando la caza y tráfico ilegal de los elefantes y llevando la especie al borde de la extinción (más información aquí)
Todos los turistas que no quieran fomentar esta industria ni correr peligros innecesarios pueden encontrar más información sobre la problemática y las alternativas éticas que existen en Tailandia a continuación: http://turismo-responsable.com/post-454-tailandia
Fuente: http://www.theguardian.com/world/2016/feb/01/british-tourist-killed-by-elephant-on-trek-in-thailand