Hoy compartimos con vosotros este artículo de Andre Steckenreuter, doctorando e investigador de la facultad de ciencias ambientales de la Universidad de Sidney, que a continuación hace un interesante resumen de sus investigaciones sobre el impacto que las embarcaciones turísticas pueden tener sobre la vida de los delfines.
“A la mayoría de los humanos les encanta interactuar con la vida salvaje, especialmente con animales carismáticos como los delfines. Mientras el contacto con ellos para nosotros es una experiencia única e increíble, es importante tener en cuenta que la actividad de «avistamiento» puede tener un efecto negativo para los delfines.
Cuando las interacciones entre humanos y vida salvaje se convierten en una industria turística a grande escala, varios estudios demuestran que estas actividades perjudican a los animales que, por ejemplo, interrumpen su descanso o su alimentación. Por este motivo, el turismo y los avistamientos de vida salvaje necesitan regulaciones con el doble objetivo de garantizar el bienestar de los animales y al mismo tiempo salvaguardar la incolumidad de los turistas.
En Australia los avistamientos están regulados por la legislación que indica cómo deben actuar los barcos en presencia de manadas de delfines. Es por ejemplo necesario permanecer a una distancia mínima de los delfines y esta distancia puede variar dependiendo de si hay alguna cría en la manada. También está prohibido cortarles el paso. Sin embargo, los organismos responsables de la gestión de una determinada área pueden adaptar dicha normativa de tráfico marítimo a las circunstancias locales.
Mi investigación como estudiante de la Universidad de Macquaire se ha centrado en el impacto de los barcos de avistamiento sobre el comportamiento de una población de aprox.100 delfines residentes en Nueva Gales del Sur. Los tours comerciales de avistamiento de delfines comenzaron aquí a principios de 1990 y pueden operar hasta 15 barcos por día. Las visitas están restringidas a una zona de unos 50 Km2 donde vive el 70 por ciento de la población de delfines de toda el área.
Mi investigación demostró que estos animales cambian su comportamiento radicalmente cuando se les acercan los barcos. Los delfines no descansan y reducen su tiempo de alimentación cuando están en presencia de barcos de avistamiento. Esto les lleva a consumir más energía, algo que a largo plazo puede afectar su salud, su éxito reproductivo y que por lo tanto podría acabar con su población.
Los cambios de comportamiento además, se agravan cuando los barcos se acercan más y cuando el número de barcos aumenta.
En base a estos hallazgos, recomendé a las autoridades de esta zona de tener más en cuenta el reglamento nacional de observación de delfines. Las regulaciones nacionales insisten en la necesidad de una mayor distancia entre barcos y delfines y en normas más estrictas sobre la aproximación de los barcos de avistamiento. También les solicité que revisaran la ubicación y el reglamento de las zonas de restricción de velocidad.
Los resultados de este estudio no sólo son importantes para la gestión del parque marino local, sino que serán relevantes para otras empresas similares
que deben garantizar que las actividades de delfines sean benignas y viables para el turismo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que cada grupo de animales podría reaccionar de manera diferente a las interacciones con los humanos.
Los delfines que viven en un área limitada seguramente estarán más acostumbrados a los encuentros con las personas.
Debido a esto, reaccionarán de manera diferente si comparados con otras especies migratorias, como las ballenas jorobadas, que a lo largo de una sola migración pueden encontrarse con varios barcos.
Seguramente, llegados a este punto, muchas personas se preguntarán: “Un momento…cada vez que he visto delfines en el mar estaban saltando felizmente y montando las olas cerca de mi barco! ¿Cómo pueden estos encuentros afectarles negativamente?” Y esta es una pregunta más que legítima. Pero por un lado, cada delfín es diferente y, como los seres humanos, algunos son más curiosos o divertidos que otros. Y en segundo lugar, las poblaciones de delfines pueden variar considerablemente: algunos delfines viven en áreas reducidas y están más acostumbrados a los encuentros con las personas, mientras que otros se encuentran con barcos con mucha menos frecuencia, reaccionando por lo tanto de manera diferente.
Esta investigación además, demostró que los delfines evitaban acercarse activamente a los barcos de avistamiento. Sin embargo, reaccionaban de manera muy diferente en presencia de otras naves o embarcaciones de recreo. Esto puede deberse a su capacidad de distinguir los diferentes ruidos de motor y reconocer a los barcos de avistamiento por su sonido.
Lo más importante, sin embargo, es que los barcos de avistamiento se mueven de una determinada manera. Las embarcaciones de recreo suelen seguir una línea recta imaginaria que va de la A a la B. En este caso, los delfines más curiosos de la manada viajarán en la misma dirección, uniéndose a los barcos durante un tiempo para reducir su gasto de energía al montar en la onda de presión generada por la embarcación. Los barcos de avistamiento en cambio se acercan a ellos directamente y por ángulos que los delfines, y en particular los que van acompañados de sus crías, perciben como amenazantes. Los delfines pueden percibir este tipo de encuentros como un riesgo, igual que cuando les persigue un depredador, y por lo tanto tratan de evitar a los barcos de avistamientos con movimientos horizontales o verticales huyendo de la fuente de peligro.
Es muy importante poder contar con procedimientos adecuados de gestión y con una legislación firme en los lugares donde hay interacción con animales salvajes. Y la elección de llevar a cabo un turismo responsable juega un papel importante también para que la experiencia de los turistas resulte satisfactoria. Los operadores turísticos que estén bien informados y sean responsables serán aquellos que respetarán las normas relativas a esos encuentros, con el objetivo de garantizar la sostenibilidad de la industria turística y la conservación y el bienestar de los animales.
Fuente: http://www.sciencealert.com.au/features/20120801-22978-2.html