Hay en las Islas Cayman, un lugar que si los turistas conocieran bien no sólo no lo visitarían sinó que prometerían no pisar jamás este país.
Se trata del Cayman Turtle Farm (Island Wildlife Encounter), un lugar que delante del telón se publicita como un centro de conservación y al que acuden los turistas a (irresponsablemente por cierto) tomarse fotografías con e incluso nadar entre las tortugas. Pero si esto ya no es muy respetuoso, lo que ocurre detrás del telón, no tiene palabras.
La granja también cría tortugas para vender su carne. Alojan a unos 8,000 animales. Las tortugas destinadas a este fin viven hacinadas en tanques, cientos de ellas unas encima de otras, con enfermedades y heridas sin tratar, canibalizándose entre ellas y con graves problemas físicos derivados de la grave endogamia que tiene lugar en esta granja. Podríamos dar muchos más detalles, pero creemos que una imágen vale más que mil palabras y estas que compartimos con vosotros, te dejan sin habla…
Tortuga víctima del canibalismo
Grave hacinamiento de tortugas
Un problema físico muy común en esta granja es la falta de ojos y diversas deformaciones a causa de la endogamia.
¿Cómo pueden promocionarse como un centro de conservación cuando crían híbridos entre distintas subespecies de tortuga, aliberan animales con enfermedades que pueden traspasarse a las poblaciones locales y animales con deformidades provocadas por la poca variedad genética?
En nuestra opinión no hay manera de justificar esta granja. Os invitamos a uniros a la campaña de la Sociedad Mundial de Protección de los Animales (WSPA) y firma para cerrar este infierno:
http://www.stopseaturtlefarm.org/
http://www.wspa-latinoamerica.org/nuestro_trabajo/tortuga/default.aspx (en Español)