Año tras año, muchos cazadores viajan a Hungría para disparar a jabalís, ciervos rojos, gamos, muflones, así como faisanes y patos. La caza se “vende” como un deporte típico tradicional que ofrece una experiencia inolvidable. Por otro lado, en Hungría también se encuentran 10 parques nacionales donde se aplican estrictas sanciones para crímenes contra la vida silvestre.
Más información sobre el tema: http://turismo-responsable.com/s105
Los románticos y nostálgicos paseos en carro de caballos no resultan tan agradables para los animales, quienes deben trabajar largas jornadas, arrastrando pesadas cargas y soportando condiciones climáticas a menudo extremas.
Numerosos animales pasan todo el día explotados más allá de sus límites, mientras llevan turistas a través de terrenos complicados a precios de ganga, a menudo bajo el sol, con poca sombra, agua y descanso. Estos animales sufren de insolaciones, heridas, palizas y lesiones como consecuencia de estas “experiencias turísticas” y el provecho económico que puedan ganar sus propietarios con estas actividades pasa siempre por encima de su bienestar.
Los carros de caballos pueden tener accidentes con otros vehículos, especialmente en ciudades con mucho tráfico. Suele llevarse a los animales al trote, que es una velocidad demasiado alta ya que en caso de detenerse de golpe el carro podría chocar contra el animal. El poco descanso que reciben suele ser en cuadras ubicadas en el mismo centro de la ciudad y en, a menudo, condiciones inapropiadas.
Más info: http://turismo-responsable.com/s24
Seis parques zoológicos en Hungría fueron evaluados por Born Free Foundation como parte de un proyecto paneuropeo para evaluar el cumplimiento de la Directiva del Consejo Europeo relativa al mantenimiento de animales salvajes en parques zoológicos. Los resultados evidenciaron que muchos animales eran mantenidos en condiciones no aceptables y algunas actividades de estos zoológicos no cumplían con los requisitos legales.
A pesar de la exigencia impuesta a los zoológicos para contribuir a la conservación de las especies protegidas a nivel nacional e internacional, los zoológicos visitados no parecían contribuir de forma significativa a este aspecto. En la mayoría de los ellos además no se enseñaba información educativa sobre las especies, y se realizaban espectáculos. Al público se permitía alimentar a los animales sin supervisión, sin ninguna regulación respeto a la cantidad o al tipo de alimentos, y a través de un contacto directo que podía suponer graves riesgos para ambas partes. Muy preocupantes resultaban también los pésimos niveles de higiene y la falta de enriquecimiento en el 90% de los recintos.
Más información: http://turismo-responsable.com/s29
Centros de rescate y proyectos recomendados
Entidades de protección de los animales en Hungaria
Turismo Responsable - Fundación FAADA
93 624 55 38