Hay un creciente interés turístico en la zona costera atlántica a lo largo de los 1.650 kilómetros de hermosas playas de Angola. La observación de ballenas es muy popular cerca de Namibe, donde se pueden observar barbas y ballenas picudas, moteados del Atlántico, delfines rayas o jorobados del Atlántico, cinco especies de tortugas, mantas rayas y cuatro diferentes especies de tiburones. Es particularmente importante encontrar un operador de confianza para evitar molestar a estas especies y reportar cualquier operador que se acerque demasiado o persiga a los animales.
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La pesca deportiva también está ganando importancia como actividad turística en esta zona. Considerando que implica el sufrimiento y la muerte de muchos animales cada año, aconsejamos a los turistas que viajen aquí escoger actividades más éticas y responsables.
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Veintisiete años de guerra civil han tenido un efecto catastrófico sobre la una vez rica fauna de Angola. La caza furtiva, las minas terrestres y el hambre han llevado a una disminución masiva de muchas especies. Sin embargo, en los últimos tiempos y gracias a la nueva estabilidad política, se están poniendo en marcha proyectos de protección y reintroducción de especies.
Algunos elefantes de las zonas más pobladas de Sudáfrica han sido trasladados recientemente al Quiçama Parque Nacional (Kissama) como parte de un proyecto financiado con fondos privados de 10 millones de dólares para restaurar la vida silvestre y el turismo de Angola. También se encuentran aquí algunas poblaciones de búfalos, antílopes y rinocerontes. Este Parque Nacional tiene probablemente las mejores instalaciones para los viajeros extranjeros y está situado cerca de la capital, Luanda.
Además, es importante mencionar el más pequeño Parque Nacional Cangandala, donde vive el sable gigante, una especie de antílope en fuerte peligro de extinción. Estos animales se consideran sagrados un símbolo nacional, algo que probablemente protegió esta especie evitando que desapareciera por culpa de la caza como muchas otras.
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