Cuando viajamos con el sombrero de turista responsable muchas veces nos preguntamos si todos esos lugares que nos parecen mágicos nos dejarán un mal sabor de boca al descubrir que no eran lo que pensábamos. Desde las zonas que creíamos vírgenes y hay alguien vendiendo una foto con un animal salvaje en brazos, hasta los centros que creíamos que rescataban animales, pero realmente los usan como espectáculo.
A veces los signos de maltrato y explotación animal no están muy claros hasta que no llegamos al destino. Por todo esto vale la pena investigar un poco antes de decidirnos. Para descartar opciones, a pesar de que nunca podremos tendremos la seguridad al cien por cien de no encontrar alguna experiencia desagradable, podemos seguir estos consejos: